El conjunto arquitectónico de Pahlavan Mahmud

En la épica nacional de casi todos los países del mundo se menciona la gente de mucha fuerza física y corazón bravo - los héroes forzudos. En Asia Central los forzudos se llaman pahlavan. A continuación se tratará de uno de ellos - de Pahlavan Mahmud.

Pahlavan Mahmud era un gran hijo de Khorezm. De profesión era peletero (artesano que curtía pieles), es lo que lo sustentaba, y por vocación era un luchador sobresaliente, poeta talentoso y filósofo sabio. Ya en su vida Pahlavan Mahmud se hizo muy conocido más allá de las fronteras de Jiva. Algunos creen que, como luchador, no ha sido vencido nunca. Se rindió sólo una vez, y sólo porque se había enterado de que si su oponente se perdiera, ése podría morir. Hasta hoy en día los luchadores profesionales iraníes rezan antes de luchar, dirigiéndose al gran Pahlavan Mahmud.

Según la leyenda, Pahlavan Mahmud murió en 1322 o en 1325 y fue enterrado en el patio de su taller. Los habitantes de Jiva empezaron a considerarlo como el santo patrón de la ciudad y en 1701 erigieron un mausoleo sobre el lugar de su enterramiento. Pronto este lugar se convirtió en un lugar sagrado, alrededor del que creció un conjunto de edificios, y la tumba y el mausoleo de Pahlavan Mahmud se decoraron con la tradicional mayólica azul y blanca, a modo de la tumba de Khan. En la primera mitad del siglo XIX, el sepulcro se amplió, se añadió la galería oriental. Más tarde, en el mausoleo de Pahlavan Mahmud se enterró a Mohamed Rahimkhan I, Abdulgazikhan y Elbars II, así como algunos miembros de la familia de Khan. De esta manera el mausoleo de Pahlavan Mahmud se convirtió en el sepulcro de los khanes de Jiva.

A finales del siglo XIX en el complejo de Pahlavan Mahmud se construyeron la mezquita, madrasa y cuatro locales de beneficencia - karihona. Aquí venían los peregrinos, que se alojaban en las celdas - hujra y para los que fue organizado el comedor con cocina - oshhona. Karihona era el hogar para los ciegos, de los cuales en Khorezm había muchos a causa de los fuertes vientos con arena.

A principios del siglo XX delante del sepulcro se construyó un edificio de dos pisos, uno de los locales del que se dedicó a la tumba de Isfandiar Khan, que se decoró ricamente.

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