El té en Asia Central
La cultura y las reglas del consumo de té
El té en Asia Central es algo más que una simple bebida que apaga la sed. ¡Es una necesidad básica! El té abre y cierra cualquier comida, con el té dan la bienvenida a los huéspedes, durante el día y entre comidas el té puede ser servido como un «plato separado» y cada vez preparan un té fresco. «Hacerlo una vez, de forma espesa y para toda la semana, añadiéndole sólo agua hirviendo», esto no es sobre Asia Central, aquí simplemente no entienden cómo vivir así. No hay día que hubiera pasado en una familia de Asia Central sin el té (si son días de ayuno, el consumo de té siempre se ve compensado por la noche).
El té se toma de la vajilla nacional, cuenco o pialá (al pronunciar, el acento recae en la última sílaba). A cada huésped se le invita a tomar el té. Casi todos los nativos de Asia Central, incluso independientemente de nacionalidad, lo llevan en la sangre: viene el invitado, hay que ponerle una tetera de té recién hecho y una pialá frente a él. Rechazar el té también se considera descortés. Junto con la tetera sirven las pialás, una más que el número de invitados. Un cuenco (pialá) extra se utiliza para kaitar. Kaitar (del verbo «kaitmok» - «volver») es necesario para mejorar la infusión de té: el té lo vierten en la pialá y vuelven a verterlo en la tetera, así tres veces. Resulta ser una mezcla muy efectiva. El té se sirve con varios dulces orientales coloridos, frutas y, por supuesto, tortillas tradicionales (lepioshka).
Si estás de visita y te sirven una pialá de té la que llena un poco menos de la mitad, no te sorprendas y no pienses que el dueño de casa uzbeka es codicioso; es una tradición para que el invitado al conversar siempre pueda beber té caliente sin quemarse. Debes estar de acuerdo en que durante la conversación el té en una taza se enfría rápidamente y esto no a todos les guste, pero la etiqueta requiere que termines el té. Y aquí es conveniente: la conversación no interrumpe, todo el tiempo tienes un sorbo de té caliente, los labios no se queman con agua hirviendo. Por lo tanto, si de repente tendrás la oportunidad de convertirse en una persona quien sirve y vierte el té en los cuencos, recuerda esta regla obligatoria de beber té: llenar no más de la mitad del cuenco de té (la gente lo llama «con respeto»). Si por casualidad viertes una pialá llena de té hirviendo, una persona puede sentirse ofendida. El hombre que vierte el té toma cada pialá en su mano, la llena y sirve al invitado. No hay reglas especiales para sujetar el cuenco, así que aquí puedes beber como quieras. De visita el té es servido por la nuera o la dueña (si no hay nuera), si es una fiesta de té para mujeres. En la reunión de hombres, el dueño de la casa sirve el té, y en el salón de té (chaijaná) el más joven de la compañía tiene que servirlo.
En las diferentes regiones de Asia Central a la gente le gustan los diferentes tipos de té. Por ejemplo, en Tashkent beben principalmente té verde, mientras que en Almaty a los locales les gusta más el té negro con leche. Hay muchos matices similares en el Asia caliente, pero una cosa es segura: ¡el té es la bebida favorita aquí!
Es especialmente importante beber té durante chillá. Chillá es el período de los 40 días más calurosos de verano, desde finales de junio hasta principios de agosto. Son los días en que el termómetro supera fácilmente la marca de los +40°C y tiende a subir más. Para una persona que no está acostumbrada a ello, es suficientemente difícil de soportar. Por lo tanto, te aconsejamos que evites salir a la calle por la tarde y que bebas la mayor cantidad posible de té verde caliente.
El té ha sido la bebida favorita en Oriente desde hace mucho tiempo. Se transportaba a lo largo de la Gran Ruta de la Seda, y dado que la entrega del té tan valioso llevaba mucho tiempo, el precio de muchos tipos de té era colosal. La gente tenía hierbas secas, varias raíces y hojas en forma dispersa y compactas (ladrillo de té) como una alternativa al té natural. Las reformas globales de la historia del té en Asia Central comenzaron en la segunda mitad del siglo XIX (después de 1865), tras el establecimiento de la gobernación general de Turquestán y la colonización de Asia Central. El Imperio Ruso tenía sus propios planes económicos en estos territorios, así que para la mayoría de los países que exportaban té a Asia Central, especialmente el té indio, las condiciones se endurecieron al máximo. Curiosamente, los tipos de té de Asia Central que se consumían en Rusia antes de la colonización de la Región de Turquestán no los conocían ni consumían. En su mayoría eran tés verdes chinos, indios y negros indios, mientras que en Rusia los eslavos solían beber una infusión de epilobio o adelfilla desde la antigüedad. Sobre todo el té verde echó raíces que estaba disponible para todos los segmentos de la población. Por ejemplo, una jarra de cobre de té verde a finales del siglo XIX costaba un kópek (la centésima parte del rublo, centavo). El té verde es un buen remedio contra el calor, por lo que ocupó el lugar que le correspondía como bebida nacional en Asia Central.
El té en todos los países del mundo ha pasado una larga historia de desarrollo. Los métodos de cultivo y secado, la elaboración de tipos de té, formas de preparar el té: todo cambia gradualmente con el paso del tiempo y el progreso.
La casa de té ha sido el principal lugar de descanso y consumo de té en Asia Central desde la antigüedad. El control sanitario ha legalizado la prohibición de la reutilización de las hojas de té, por lo que el té en chaijaná (casa de té) se servía y sigue sirviéndose exclusivamente fresco. La forma de preparar el té en los últimos siglos también es interesante. El té se hervía justo en teteras o en un caldero, se añadía leche y mantequilla y todo esto se sazonaba con sal y pimienta. Teniendo en cuenta que no había escasez de visitantes durante todo el año, podemos suponer que era un té muy sabroso. Se sirvieron varios dulces y tortillas para acompañar el té.
¡Estimados huéspedes de Asia Central! Asegúrense de visitar una verdadera casa de té, donde no sólo pueden sentarse en un topchán (canapé) al dastarján (al mantel) con dulces orientales, dones de la naturaleza y una pialá de té verde caliente, sino también comprender el verdadero significado de la tradición de beber té sin prisas en el Oriente. Porque con la pialá de té caliente tenemos largas conversaciones sinceras y las grandes preguntas de la vida para discutir.
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