Kumís
Una antigua bebida láctea fermentada de nómadas
En su opinión, ¿Cuál es la mejor bebida para saciar la sed en las condiciones de un calor asiático de cuarenta grados? ¿Kvas ruso? ¿Agua mineral? ¿Té verde caliente? ¿O tal vez kumís con su sabor específico? Agridulce, ligeramente embriagador y vigorizante al instante, con un sabor de kvas y yogur e incluso un poco de vino, el kumís verdadero no les gusta a todos por primera vez. Para apreciar esta antigua bebida de los nómadas asiáticos, que sabían mucho de caballos y de calor agotador, es necesario probar el kumis varias veces, es necesario probarlo en verano caliente y ciertamente en las estepas o montañas de Asia Central donde la leche de yegua es igual a fuerza y libertad de los espacios abiertos de la naturaleza, donde las manos de los maestros saben su oficio, desde niños hasta bisabuelos.
El kumís lo comenzaron a preparar las tribus nómadas de Asia Central y Mongolia incluso antes de la era común, y el secreto de la preparación de esta bebida curativa se mantuvo en estricto secreto. Hoy en día, el kumís es muy popular en Kazajistán, Kirguistán, Uzbekistán, Tayikistán, Mongolia y Bashkiria. En general, es una bebida de nómadas y ganaderos, por lo que el kumis tiene una gran popularidad. En Mongolia, por ejemplo, incluso hay una fiesta del primer kumís (es decir, el primer día del año después de que las yeguas amamantan a sus potros), otros pueblos también tienen una fiesta similar.
El ingrediente principal del kumís clásico es la leche de yegua. Sin embargo, en algunas regiones hay kumís hecho de leche de camello, cabra y vaca. Al añadir un fermento especial a la leche, se convierte en una bebida divinamente vigorizante y refrescante. Lo que se necesita cuando hace calor es calmar la sed, refrescar el cuerpo por dentro, recuperar la fuerza «secada». Esto es lo que ayuda a hacer el kumís frío y un poquito picante.
El kumis verdadero es rico en sustancias útiles: proteínas (2-2,5%), grasas (1-2%), vitaminas (B1 y B2, C, biotina, ácido pantoténico y ácido fólico), azúcar (3,5-4,8%), ácido láctico (0,6-1,2%), calcio, fósforo, y la lista no termina ahí. Los microelementos contenidos en el kumís ayudan a calmar la sed y a recuperar la flora intestinal dañada.
El kumís no sólo es una bebida refrescante y nutritiva, sino que también pretende ser una bebida alcohólica, ya que en el proceso de fermentación natural la graduación alcohólica en ella alcanza el 1-3% o más. Por supuesto, el porcentaje de todo esto puede variar dependiendo de la raza del caballo y el reposo del kumís, el tipo de alimento para caballos, la levadura y otros factores que afectan el sabor y la calidad de kumís.
En la medicina popular la terapia del kumís (las curas con kumís) comenzó a ser ampliamente utilizada en los años 50 del siglo XIX, para lo cual se abrieron clínicas especiales, cuya fama se extendió rápidamente entre la gente. Las propiedades útiles del kumís han sido confirmadas desde hace mucho tiempo por la medicina tradicional. El kumís se utilizaba en el tratamiento de la tuberculosis y otras enfermedades del sistema respiratorio, así como de la anemia, el cansancio o agotamiento general del cuerpo y algunas enfermedades gastrointestinales. Se inauguraron sanatorios especializados y centros turísticos en los que se utilizaba la terapia del kumís, y se hicieron especialmente famosos los centros turísticos de Bashkiria y Kazajistán. Hay que destacar que al aplicar terapia del kumís se utiliza sólo el kumís de la leche de yegua, y por eso es de gran potencia.
Se prepara kumís en baldes de madera, mezclándolo con un palo de madera especial, nada de metal o plástico, todo es respetuoso con el medio ambiente. El kumís se ha ganado tanto la confianza del público que ahora, en la era del «eco-boom», cuando todo debe ser respetuoso con el medio ambiente y no contaminante, se pueden encontrar cremas, champús, leche cosmética con contenido de kumis. Pero, ¿realmente añaden el kumís natural y auténtico al fabricar los productos o figura solamente en el nombre de estos cosméticos?
¡Venga a Asia Central! De hecho, Asia Central no se limita a los monumentos únicos de la historia antigua, las tradiciones y fiestas originales, los platos brillantes y deliciosos de la cocina nacional o muchas especias que fascinan con su aroma, aquí hay también bebidas originales a base de leche fermentada, y no sólo kumís, sino también ayrán, tan, katyk, etc. En la era de las «rutas comerciales abiertas», todos estos productos, por supuesto, se pueden encontrar en las tiendas de cualquier parte del mundo, pero, desgraciadamente, sin un sabor auténtico.
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