Mezquita Hazrat Hizr (Khazret-Khyzr)

En el sur del asentamiento de Afrosiyob, en una elevación natural en terrazas, a la que conduce una empinada escalera, en el siglo XIX, se erigió la Mezquita Hazrat Hizr (Khazret-Hyzr, Hazrat-Hyzyr) sobre cimientos antiguos. Tiene una historia larga y muy interesante. Sin embargo, no es el edificio más antiguo de Samarcanda. Las fuentes históricas escritas (y luego confirmadas por los arqueólogos) indican que aquí en el siglo XI se erigió la primera mezquita en Samarcanda llamada "el lugar de las banderas musulmanas".

Desde tiempos inmemoriales, las puertas de la ciudad estaban ubicadas junto a esta colina, y el acueducto de Arguiz se encontraba cerca de ellas, suministrando agua a los residentes de Samarcanda. Se creía que Arguiz estaba lleno de agua viva. Según la leyenda, Kussam ibn Abbas, el primo del profeta Mahoma, se escondió aquí de la gente. Ya en la era pre islámica, la gente venía  a este lugar para adorar al santo anciano Hazrat Hizr, benefactor de los vagabundos, que cumplía los deseos de los dignos, y que les daba cultivos y fertilidad. Más tarde la mezquita Hazrat Hizr se erigiría aquí. De generación en generación, durante el transcurso de  miles de años se pasó la leyenda de la inmortalidad, que puede alcanzar una criatura viva. La imagen de Hizr, creada por los antiguos persas, que con el transcurso del tiempo, fue difundida en todo el mundo musulmán, es un análogo del sumerio Gilgamesh, quien encontró la fuente de la inmortalidad, pero nunca la consiguió; de los héroes inmortales de la antigua Grecia y hasta del inmortal  "highlander" del clan escocés MacLeod, que es el personaje principal de una película famosa en Hollywood.

La mezquita Hazrat Hizr fue construida en 1823. Según los documentos históricos, era parte de un complejo único con el mazar de Kussam ibn Abbas. La mezquita tiene una base bastante alta con nichos arqueados de iwán. Un dosel cubierto sobre pilares, ricamente decorado con adornos, conduce a un khanqah cuadrado. En él, hay un nicho de mihrab orientado a La Meca en el medio y dos celdas (hudjras) a los lados. El panel del khanqah está dividido por marcos rectangulares. Desde el Este, el portal de la darvazakhaná, con sus guldastas  y hermosas puertas talladas, se incorpora orgánicamente en el complejo arquitectónico de la mezquita. El minarete oriental, que está ubicado separadamente, completa esta serie. Las paredes de la mezquita están decoradas con talla de ganch policromada, y la cúpula está decorada con talla de patrón calado utilizando la técnica de «chaspak». En las paredes de la mezquita hay muchas fechas que indican los momentos de  restauración del edificio y que  se refieren principalmente a los siglos XIX y XX.

Sobre el mihrab del khanqah hay una inscripción que indica la fecha de la reconstrucción principal. Una reparación temprana se llevó a cabo en 1271 A.H. (1854). A continuación se muestra la próxima fecha, que informa sobre la decoración del khanqah: 1302 A.H. (1884). En 1889, el edificio de la darvazakhaná se adjuntó a la entrada en el lado Este, y la reorganización del iwán se remonta a la misma época. La fecha en la puerta de entrada, el año 1338 A.H. (1919), indica cuándo se erigió el minarete oriental. La inscripción "Usto Abdukadyr, hijo de Baki Samarkandi" se conserva sobre las escaleras de este minarete, en honor al constructor del edificio, bajo cuya dirección Usto Fathullah hizo trabajos de madera, y Usto Mahmud trabajó en la pintura.

Leyenda del santo Hizr.
Además del nombre de Hizr, una de las mezquitas más antiguas de Samarcanda, Hizr es el héroe de varias leyendas locales. Muchas personas todavía sueñan con conocerlo, creyendo sinceramente que el santo Hizr les traerá buena suerte. Entonces, ¿qué es la "luz verde" que envuelve a Hazrat Hizr?

Eso exactamente significa el nombre árabe del santo Hizr, que se menciona a menudo en las leyendas sobre Alejandro Magno, cuyo nombre hasta hoy, más de dos mil años después, sigue siendo popular en el Este. Cuenta una de las leyendas que durante el paso a través del Pamir, el macedonio logró conseguir información de los residentes locales que en las montañas de Yazgulem había una fuente de agua que daba la inmortalidad a quién la bebiera. Queriendo probar esa maravillosa bebida, Alexander envió a la fuente a su mejor guerrero llamado Hizr. Las fuerzas celestiales fueron amables con Hizr: se le reveló la fuente. Hizr sació la sed bebiendo en el mágico manantial, y llenó un alabastro con el agua milagrosa, para llevarlo a su amo. Pero Alejandro no estaba destinado a probar las maravillosas aguas; en el camino de regreso, el barco se hundió.

Una historia similar se describe en la famosa epopeya persa del poeta Ferdousí "Shahnameh" ("El libro de los reyes", finales de X, principios del siglo XI). Las leyendas difieren solo en detalles. Según Ferdousí, la acción tiene lugar en el oeste desde la frontera del mundo habitado, donde vivían las amazonas (aunque es posible que la acción tenga lugar en las montañas del Pamir); Hizr en el libro de los reyes es un sabio y venerado gobernante local, y Alejandro le pide ayuda para encontrar la fuente que está detrás de un lago de montaña invisible, cuyas aguas, "como un abismo", absorben la luz solar.

La imagen profundamente respetada de Hizr en el mundo musulmán en todas partes ha encontrado características especiales. Se le compara con el profeta Elías (Kamal-Ud-Din Abul Ganaim en la "terminología sufí") y con San Jorge (At-Tabari en la Crónica de los profetas y reyes).

Hizr es considerado el santo patrón de los viajeros. Según las leyendas, él viaja por todo el mundo con una misión desconocida que Alá le ha encomendado. El clero musulmán cree firmemente que en la XVIII Sura del Corán, "Al Kahf" ("La Cueva"), cuando el Profeta Musa (Moisés) se reúne en el "lugar de los dos mares" con el Siervo de Dios, se trata de Hizr, el cual le da a Moisés una lección sobre el significado global del fenómeno de la vida. Aunque no hay ninguna mención de él en el Corán.

Yevgeny Bertels, el famoso experto en estudios orientales soviético, escribió sobre Hizr de esta manera: "El origen de esta imagen aún no se ha aclarado. Aunque sin duda se refiere a alguna deidad antigua del mundo vegetal, bajo los pies de la cual todo se torna verde y floreciente, pero muchas otras características se superponen en esta vista... "

Otra autoridad en estudios orientales, el académico Vasily Barthold, señaló que las leyendas de Hizr están estrechamente relacionadas con los sufíes. Hablando de Hizr, los sufíes indican que las historias sobre él son a veces completamente ficticias, porque no se debe hablar de Hizr. Se sabe que él aparece solo cuando lo considera necesario. Hizr puede aparecer ante cualquier persona, pero el beneficio que una persona obtendrá de este encuentro depende solamente de la pureza de sus intenciones.

En la imaginación de la gente común, Hizr es un anciano muy sabio y al mismo tiempo alegre que trae buena suerte, felicidad y tranquilidad. Los creyentes, que sueñan con ver a Hizr, prestan especial atención a las manos de los viajeros que conocen; según la creencia, Hazrat Hizr no tiene una falange del pulgar. Se dice también que a Hizr se le puede encontrar tres veces en la vida, y él puede venir en cualquier forma. Por lo tanto, en Oriente, donde se acostumbra mostrar especial respeto y atención a los huéspedes, se considera que la hospitalidad no puede ser selectiva.

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