Los baños de Anusha Khan

Cerca de la Mezquita Ak se encuentran los baños de Anusha-khan (los cimientos se pusieron en 1664.) Estos baños son famosos gracias al historiador Abulkazikhan - el padre de Anusha-khan. Los baños de Anusha Khan, que todavía asombran con su sistema de alcantarillado, calefacción y abastecimiento de agua, formaban parte de waqf (bienes utilizados con ánimo de lucro o sin ánimo de lucro), gracias al que se mantenía la mezquita Ak.

Los baños (hammam) de aquellos años, en general, consistían de vestíbulo, habitaciones donde se desnudaban y, por fin de las habitaciones donde se enjabonaban y se lavaban. Los baños de Anusha Khan se organizaban exactamente de la misma manera y tenían el sistema de calefacción subterráneo y estructuras semi-subterráneas gracias a las que se conservaba bien el calor.

Hay una historia interesante, sorprendente y singular de como han aparecido estos baños. Abulkazikhan era padre feliz de nueve niños-varones, pero él ardía en deseos de tener una hija hermosa. Cuando nació su décimo niño, lo engañaron diciendo que había nacido una niña, a la que él llamó en honor de su concubina favorita de Armenia - Anusha. Al pasar muchos años Abulkazikhan, que había participado en muchas batallas exitosas, fue capturado por el Emir de Bujara. Sus hijos no trataron de salvar la vida de su padre, y sólo Anusha, sin dudar ni un momento, partió para rescatar a su querido padre. El emir de Bujara se sorprendió al ver a la hija del Khan - él esperaba encontrar a sus nueve hermanos, que se apresuraron a rescatar a su padre. Pero Anusha era inteligente e ingeniosa y le propuso celebrar un contrato: si ella podía sorprender al emir, éste le liberaría a su padre sano y salvo. El emir de Bujara consintió, pensando que una chica joven no lo podría sorprender. Entonces Anusha se quitó la ropa, que cubría el cuerpo del joven. El emir se quedó boquiabierto y tuvo que cumplir su palabra y liberar a Abulkazikhan. Al regresar a casa Abulkazikhan dijo: “Como resulta, no tengo nueve hijos, sino sólo uno - Anusha”.

Como agradecimiento por salvarle la vida, Abulkazikhan construyó una mezquita y baños curativos en honor de su décimo hijo.

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