Madrasa Chor-Minor

 

Madrasa Chor-MinorLa madrasa Chor-Minor (lo que significa “cuatro minaretes”) se encuentra en la parte noreste de Bujara. Cuatro minaretes que forman parte de la construcción representan cuatro puntos cardinales.

La madrasa Chor-Minor se destaca por su silueta perfecta, formas esbeltas y originales, tamaño compacto y grandeza. Se construyó en 1807 por iniciativa del turcomano Califa Niyazkul Bey, que era un comerciante rico, vendedor de caballos y alfombras. Según la leyenda Niyazkul Bey después de haber visitado Taj Mahal en la India, quiso crear algo parecido a aquel impresionante edificio. Convocó a los mejores arquitectos y astrónomos y les puso dos condiciones que tenían que cumplir en la construcción de la madrasa, que se construiría según sus bocetos. La primera condición: la madrasa tenía que estar en la Ruta de la Seda para que los turcomanos que pasasen por ese camino, la visitasen sin faltar. La segunda condición: la arquitectura de la construcción tenía que mostrar a la gente que todas las partes del mundo eran iguales, como lo eran todos los pueblos del mundo, que todos venían a este mundo de manera igual, iban por la misma tierra, respiraban el mismo aire y disfrutaban del mismo cielo. El deseo del Califa Niyazkul Bey se cumplió: la madrasa Chor-Minor ocupó su lugar en laMadrasa Chor-Minor Ruta de la Seda, y su “chartak” o “darvoza-khona” (“darvoza” - “puerta”) - el edificio de entrada - consistía de cuatro torres-minaretes (simbolizando las dinastías de Samanidas, Shaybanidas, Karakhanidas y Manguitas). Cada minarete tiene su forma y decoración única. Algunos creen que el diseño de las torres refleja la percepción religiosa y filosófica de las cuatro religiones del mundo. Algunos elementos se parecen a las ruedas de rezo budistas y a la cruz cristiana. La cúpula grande, que simboliza el cielo y el Dios único, une los minaretes.

En la planta baja de este destacado monumento de la arquitectura del siglo XIX se ubicaba el vestíbulo de entrada, que constaba de seis lados, en el primer piso se situaba la guardia que tenía la forma cuadrada, y de donde se podía entrar en los minaretes. Las paredes y la cúpula por dentro fueron decoradas con citas religiosas en árabe. Algunas inscripciones se pueden ver incluso hoy en día. Por dos lados de la construcción se adherían celdas para los estudiantes y formaban un patio rectangular. En el primer piso de la madrasa Chor-Minor había una biblioteca que contaba con una gran cantidad de manuscritos valiosos.

Por desgracia el complejo no se ha conservado por entero. Del edificio original se han conservado sólo una parte del portal de entrada, que servía como mezquita para oraciones diarias, y cuatro minaretes. La sala estaba coronada por una cúpula, que convertía este lugar en zikr-khana (sala de oración), donde los sufíes podían celebrar sus ceremonias rituales.

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