Cincelado de cobre en Uzbekistán

Artes decorativas aplicadas y artesanías de Uzbekistán

El cincelado (antiguo nombre del arte de cincelador – «toréutica») es el arte más antigua de metalistería artística mediante herramientas especiales (cinceles, martillos), que tiene sus raíces en la Edad del Bronce. Ya entonces los antiguos artesanos y pintores cubrían el metal dúctil con diseños finos.  Generalmente adornos cincelados y artículos domésticos eran de carácter ritual y religioso, la gente creía en sus propiedades mágicas. Con el desarrollo de la técnica del cincelado empezaron a surgir delicadas miniaturas en las joyas, composiciones ornamentales de relieve de todo tipo e incluso obras grandes monumentales.

Para trabajos de cincelado, entre otros metales dúctiles, se utilizaba el cobre: según creencias el metal de Venus fue uno de los primeros metales usados por hombre. La razón fue que ese metal era maleable y dúctil, pero además el cobre de antaño se consideraba el metal sagrado que poseía la luz poco brillante, pero profunda interna y tenía propiedades de protección. La mayoría de los objetos religiosos de culto se fabricaba del cobre. Estas joyas mantenían significado ritual mágico, de curandero, eran «armaduras protectoras» de hombre y artesano cincelador se asimilaba a los magos que tenían el conocimiento oculto.

El arte de cincelado en Uzbekistán se enorgullece de tener muchos siglos y técnica de elaboración llevada a la perfección. Por su antigüedad esta artesanía popular compite sólo con cerámica – el arte más antigua que data de miles de años.

Los primeros objetos cincelados hallados en el territorio de Uzbekistán actual datan del IV milenio a. C. y pertenecen a la Edad del Bronce. Pocas muestras fueron halladas en excavaciones arqueológicas. Estos fueron cuchillos sencillos y joyería. Sin embargo, esta arte alcanzó un alto nivel mucho más tarde en el siglo XV durante el reinado de Tamerlán (Amir Timur) y la dinastía de los timúridas. La gama de objetos cincelados se ampliaba considerablemente: los artesanos empezaron a fabricar jarras, platos, copas, bandejas, estuches, narguiles. Todos ellos no sólo se utilizaban para sus fines originales, sino también decoraban de manera única las casas de nobleza, siendo el símbolo de abundancia y lujo.

El auge del arte de cincelado se considera el período de los siglos XVIII-XIX. Los objetos fechados esos siglos hoy representan el acervo de los museos de historia y etnografía de Uzbekistán y otros países. Actualmente la mayoría de los objetos expuestos están en el Museo Estatal de Historia Nacional de Uzbekistán, el Museo Estatal de Artes de Uzbekistán en Tashkent y en el Museo del Hermitage de San Petersburgo.

Cincelado de metal, el aplicar diseño fino a este material complicado y antojadizo, es un trabajo laborioso que exige al artesano paciencia y concentración. Además, para crear obras de arte trabajaban no sólo cinceladores, sino caldereros («misgar») que fabricaban un molde de modelo y también fundidores que producían sus componentes.

El diseño más común aplicado por cinceladores al metal fue ornamento vegetal y geométrico. Pero el método preferido utilizado por artesanos en todas partes fue «islimi» una imagen de tallos entrelazados de flor, hojas y botones.

Los instrumentos de cincelado todo el tiempo se quedan muy simples. Es «kalam», un instrumento fino para aplicar detalles pequeños y un martillo pequeño. El toque final de fabricar un objeto fue el pulido que fijaba ornamento y le daba al metal un brillo deslumbrador.

El siglo XIX se vio marcado por formación de escuelas del cincelado artístico. Las escuelas comenzaron sus actividades en diferentes regiones de Uzbekistán. Cada una aportó su visión, técnica, ornamentos y estilo reconocible para sus obras. Los centros de crear objetos cincelados eran Bujará, Jivá, Kokand, Samarcanda, Karshí, Ferganá, Shahrisabz, Tashkent.  Las escuelas se distinguían principalmente por profundidad del cincelado y motivos de ornamento.

Los artesanos de Bujará y Jivá realizaban el cincelado profundo llamado «kankori». Cincelado de Bujará y Jivá fue tal vez el más reconocible y difundido. La decoración reservada, las proporciones clásicas, una elegancia austera eran las calidades que caracterizaban los artículos cincelados de artesanos de Bujará. Los artesanos de Jivá, a su vez, preferían el grabado profundo o más raro poco profundo, quedando el fondo liso sin diseño artístico. Las obras de cinceladores de Kokand y Ferganá se caracterizaban por menor profundidad y, al mismo tiempo, por precisión y pureza de dibujo. Los artesanos de Karshí y Shahrisabz tendían a mayor esplendor y lujo al crear los objetos: los decoraban con detalles finísimos, las gemas, en particular la turquesa, con el vidrio de colores, también el fondo lo teñían con varios colores. La escuela más conservadora era la de Samarcanda, la más cerca a las tradiciones de antepasados según el estilo de fabricar los objetos de uso corriente. Sin embargo, precisamente entre los objetos de Samarcanda se podía encontrar la imagen del trébol de cuatro hojas.

Ornamento florístico y geométrico seguía siendo principal en decoración de los objetos cincelados. Los artesanos a veces aplicaban al cobre los motivos animales. Habitualmente eran algunos detalles. Por ejemplo, «chashmi bul-bul» - ojo de ruiseñor, «kuchkorak» - cuerno de carnero, «pushti balik» - escamas de pez.

Producción de artículos cincelados hoy en día ocupa un lugar dectacado en la vida de artesanía de Uzbekistán. Los artesanos fabrican con amor los vasos para té altos, las jarras para agua y vino, las teteras, copa para frutas, lyagans (plato nacional), vajillas de mesa y también los recuerdos que se pueden comprar en grandes mercados (bazares) de Uzbekistán y en tiendas originales de artesanía de las ciudades antiguas del país. Imágenes de edificios antiguos, monumentos arquitectónicos y otros lugares de interés famosos de Uzbekistán son a menudo ornamentos de las obras de artesanos.

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