Muynak

Antigua ciudad portuaria en el Mar de Aral y «Cementerio de barcos»

La ciudad de Muynak en la República autónoma de Karakalpakstán es el punto más alejado de la capital uzbeka Tashkent. Es una poblanza pequeña con acerca de 18 000 de habitantes. Hasta los años 80 del siglo XX Muynak fue una ciudad porteña próspera y desarollada ubicada a la costa sureña del mar de Aral. Muynak tenía su propia planta de conservas de pescado, que suministraba pescado en todo Uzbekistán y estaba entre las más grandes de toda la URSS. Había vida cervecera, barcos llenos de pescado llegaron al puerto, y los fines de semana la gente descansaba en la playa.

Todo ha cambiado en la década de los 80, cuando el mar comenzó a derretirse rápidamente. El agua se alejaba cada año más de la ciudad, los peces desaparecían y los barcos amarrados permanecían en el puerto. Todavía están aquí y el puerto de Muynak se ha convertido en el «Cementerio de los barcos» en el fondo marino desnudo. El antiguo fondo del mar de Aral ya ha sido empolvado por saxaul y se ha convertido en un desierto de Aralcum («Accum» - «Arenas Blancas»), como si nunca hubiera habido agua aquí. Sólo los barcos abandonados de varios tamaños, con sólo los cascos oxidados parecidos a los esqueletos de animales enormes, y conchas en todas partes son una reminiscencia del antiguo mar. Durante nuestra vida delante de nuestros ojos ocurrió un evento planetario - la formación de un nuevo desierto, que ya cubre unos 38.000 km2 y continúa creciendo cada año.

En la cima de Muynak se estableció un obelisco conmemorativo dedicado a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial, que se encuentra a pie de playa. Hoy está simbólicamente dedicado al Mar de Aral, y es aquí donde se ha creado un mirador, desde el cual se puede evaluar la verdadera escala de la tragedia de Aral. Más de 30 años no se ve el agua desde este mirador; el agua se fue a 100 – 150 km de la ciudad. Actualmente desde aquí se observa el antiguo fondo con los barcos oxidados medio cubiertos de arena y manchados de plantas desérticas. Es una visión conmovedora – una advertencia vívida a toda la humanidad de la importancia de un equilibrio natural.

Aunque la situación en la región sigue siendo complicada, la ciudad se revive y se está renovando: se enauguró el museo del Mar de Aral, el estadio de la ciudad, el aeropuerto más septentrional de Uzbekistán - «Muynak» se ha reconstruido, se están construyendo nuevos hoteles y cafés, se están ennobleciendo otras instalaciones de infraestructura urbana, se están restaurando las carreteras, los residentes locales están desarrollando la producción de alfombras, e incluso ha vuelto a funcionar la fábrica de conservas de pescado.

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