Barsa Kelmes. Silencio blanco
¡Irás - y no volverás!”. Así es traducción precautoria y espantosa de la frase en turquico “Barsa Kelmes” (“Barsa Kelmas”). Así se llama el lago salífero casí seco y el isleo Barsa Kelmes en la meseta Ustyurt en Uzbekistán. También así se llamaba la isla (en la que se encontraba el territorio reservado homónimo) en la parte noroeste del Mar de Aral. La isla Barsa Kelmes simplemente desapareció, disuelta en la monotonía de arena y sal, como consecuencia de la desaparición del Mar de Aral, y se ha convertido en una península, que se aumenta cada año, dejando al descubierto el fondo del antiguo Mar de Aral.
Ahora hablaremos de la meseta Ustyurt y la cavidad de Barsa Kelmes. La cavidad de Barsa Kelmes - es el antiguo fondo del mar prehistórico Tetis, que desapareció de la faz de la Tierra hace 30 millones de años, dejándonos la posibilidad de contemplar el silencio de los desiertos Karakum, Kyzylkum y la meseta Ustyurt, que como una mesa plana se eleva sobre el mundo circundante.
La base de la meseta Ustyurt está compuesta de los sedimentos de las eras Mesozoica y Paleozoica de la historia geológica de la Tierra. Las fuerzas tectónicas, la obra destructiva del viento y del agua han creado un mundo único de Ustyurt: hoy en día es un enorme desierto de yeso y barro, decorado con fantásticos paisajes que recuerdan paisajes extraterrestres gracias a sus extrañas formas y montones, cañones, fisuras y despeñaderos “chink” (“chink” en el dialecto local significa “despeñadero”, “cañón”, “precipicio”). Durante varios millones de años, el lodo del fondo se prensó en suelo de yeso y barro y ahora aparece ante nosotros en forma de misteriosas figuras, personajes y bajorrelieves. Los cañones, a veces abruptos, a veces suavemente inclinados abajo hacia el valle, representan un paisaje increíble: figuras de criaturas desconocidas; rostros petrificados en un silencio misterioso; postes y aspilleras, fuertes murallas y torres, bajorrelieves y ciudades enteras aparecen ante nuestra mirada. Cuando los ves, te parece que un escultor desconocido trabajó aquí, disfrutando de la plasticidad de yeso y arcilla y creando imágenes fantasmagóricas, que ni siquiera la imaginación más exaltada de ser humano puede crear. La altura de paredes gigantescas de los desfiladeros llega a 50 - 60 m, y en algunos lugares alcanza más de 100 m, y se disminuye a medida que se aproxime a la cavidad. Se te corta la respiración cuando te das cuenta de que estas capas, que se distinguen claramente en los cortes de despeñaderos, tienen unos millones de años. Mucha gente que se haya atrevido a conocer esta tierra se ha quedado aquí para siempre. Tal vez por eso la planicie Ustyurt haya dejado por acá y por allá diferentes figuras silenciosas y hoscas de esfinges, guerreros, bestias, que más se parecen a los guardianes de esta tierra. La naturaleza ha expuesto sus esculturas para intimidar o para prevenir: “¡Alto! ¡Es Barsa - Kelmes! ¡Irás y no volverás!”
Los cañones y despeñaderos del desierto de yeso y barro descienden lentamente al mundo de sal resplandeciente - la cavidad salífera Barsa Kelmes. Es una cavidad típica de Ustyurt. Tiene dimensiones enormes - ¡es de casi dos mil kilómetros cuadrados! Este sitio es de difícil acceso y es el lugar menos estudiado de la meseta. El fondo de Barsa Kelmes está a sólo 10 - 11 m más alto que el fondo del Mar de Aral. Y toda la cavidad está llena de enormes sedimentos de sal, que se ha quedado del mar de Tetis. El inmenso espacio de color gris, blanco y azul, que se abre a la vista, es prácticamente sal pura, que ha cubierto todo alrededor hasta donde llega la vista. Las dimensiones de este gigante almacén de sal es de más de 70 km de largo y casi 40 kilometros de ancho.
Es peligroso moverse por estos lugares. A menudo se encuentran fosos y aberturas, cubiertas por una fina capa de sal. Y en un instante se puede caer en una cavidad de una profundidad desconocida. La sal brilla, irisa y se parece más a los témpanos de hielo, que cubren todo alrededor. Los pequeños agujeros en este hielo de sal y arroyos de agua cristalina aumentan aún más la impresión de estar en el reino de la Dueña de hielo.
Hace poco aquí han empezado a extraer la sal. Como dicen los antiguos habitantes, estos yacimientos bastarán para miles de años.
“Barsa Kelmes” - “Irás y no volverás”, “Silencio Blanco” son epítetos que la gente ha otorgado a este lugar misterioso y fantástico. Barsa Kelmes es un lugar poco estudiado, es un infinito mundo prístino, que brilla como espejo y refleja la grandeza de nuestro planeta tan inmenso y multifacético.
Igor Blidarev
Fotos:
© Este material pertenece a la compaňía «Central Asia Travel».
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